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Mujeres haciendo MAP

Por: Divulgación-CIMMYT
30 de julio de 2019
En contra de los estereotipos y la desinformación, productoras del estado de Morelos asisten a talleres y capacitaciones para implementar en sus parcelas innovaciones agrícolas que les permiten mejorar su sistema de producción y lograr la seguridad alimentaria de sus familias.
El Programa MasAgro, de la SADER y el CIMMYT, es el medio para dar a conocer prácticas sustentables como el Manejo Agroecológico de Plagas y soluciones herméticas poscosecha entre las productoras.
Por: Sofía Muñoz, colaboradora del Hub Pacífico Centro.
22 de julio de 2019.

Morelos.- Productoras de los municipios de Yecapixtla y Tepoztlán, Morelos, que reciben asistencia y acompañamiento técnico mediante el programa MasAgro, de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), implementaron el Manejo Agroecológico de Plagas para disminuir el uso de plaguicidas y brindar a sus familias alimentos inocuos y de mejor calidad. Además de participar en las labores del proceso productivo del maíz, las productoras son las responsables de tomar decisiones sobre sus parcelas, lo que las ha convertido en un ejemplo en sus comunidades.

Originarias de las comunidades de Achichipico, en Yecapixtla, y de Santa Catarina, en Tepoztlán, las productoras han instalado alrededor de 54 trampas con feromonas en las 28 hectáreas que suman sus parcelas; se trata de pequeñas productoras con superficies de cultivo, en su mayoría, menores de 2 hectáreas. El uso de feromonas es significativamente más económico que la aplicación de plaguicidas: el costo por trampa —en promedio— es de $80 a $90. Cuando las trampas con feromonas son instaladas en el tiempo adecuado (no inmediatamente después de la siembra pero sí dentro de los primeros días de crecimiento), permiten tener mejores resultados en el manejo de la plaga.

Maricarmen Portugal y Leonor Carmona, dos de las productoras que asisten continuamente a los talleres y a las capacitaciones que imparten las y los especialistas del CIMMYT, comentan que con el Manejo Agroecológico de Plagas han podido ahorrar hasta $1,000 por hectárea y que les da gusto saber que además contribuyen al cuidado del ambiente, pues ellas y las otras productoras se han ahorrado de una a dos aplicaciones de insecticida. En los monitoreos que se han realizado en las parcelas donde se instalaron las trampas se han contabilizado hasta 800 palomillas por trampa, por lo que Maricarmen, Leonor y las demás productoras piensan seguir realizando esta práctica sustentable.

El manejo de plagas no es la única innovación que las productoras han implementado en sus parcelas. Con el acompañamiento técnico que han recibido, han adoptado otras prácticas sustentables derivadas de la Agricultura de Conservación para mejorar la calidad de los granos con los que alimentan a sus familias. Además, los talleres y las capacitaciones han permitido que las productoras encuentren un espacio para compartir sus experiencias. A través de sus testimonios, han reconstruido la historia de las prácticas agrícolas de sus comunidades y han puesto de relieve el importante papel de las mujeres en dichas prácticas.

Sembrar, quitar la hierba de forma manual, deshojar, piscar, desgranar, seleccionar las hojas para venta y poner a secar el maíz son algunas de las actividades que las mujeres de Yecapixtla y Tepoztlán han realizado tradicionalmente. Ahora, a esta lista se suman innovar el sistema de producción y tomar decisiones sobre él. Tanto para la productora de mayor edad (84 años) como para la participante más joven (15 años) —que apoya en el proceso productivo familiar—, estas nuevas actividades representan cambios favorables y radicales dentro de la vida cotidiana de sus comunidades.

Innovar no ha sido sencillo, a pesar del apoyo que han recibido del programa MasAgro y del gobierno local de sus respectivos municipios para comprar feromonas. Muchas productoras —y productores— de la localidad, cuando reciben la invitación para hacer Agricultura de Conservación por parte de estas productoras innovadoras, piensan que se trata de un engaño o que es una pérdida de tiempo. No es sino hasta que ven cómo estas mujeres reducen sus costos de producción y mejoran sus rendimientos que, paulatinamente, cambian de parecer.

Hoy este grupo de productoras sigue sumando actividades a la lista de las históricamente realizadas por las mujeres de sus comunidades, como el uso de soluciones herméticas poscosecha para el almacenamiento de granos. Para ellas, este es sólo el inicio de un nuevo papel para las mujeres en la agricultura, pues delante tienen importantes retos que ellas mismas han hecho notar en los talleres, como hacer frente al cambio climático y recuperar la diversidad de cultivos que antes tenían. “El clima no era como ahora, es decir, había mayor seguridad en las fechas de lluvias para la siembra, y la temperatura era menor; eso permitía que hubiera otros cultivos, como trigo, cebada, camote, sandía, cacahuate y calabaza”, mencionan.

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